Los padrinos y madrinas son antes que todo, unos amigos de su candidato o candidata.
Su primer papel consiste en expresar esa amistad y hacerla crecer. Apadrinando, experimentan la dicha "de poder caminar con alguien" en una amistad verdadera y una sed auténtica de Cristo.
Antes del Cursillo, se encargan de que el formulario de inscripción sea llenado y entregado a los responsables. Preparan a sus candidatos, responden a sus preguntas y los ayudan a disfrutar plenamente de la experiencia que van a vivir. Procuran sobrellevar los impedimentos que pueden surgir respecto a su participación al fin de semana. (Por ejemplo, ver que los candidatos tengan los recursos económicos para pagar la pensión, organizar el transporte, ver al cuidado de los niños o de la casa).
Después del fin de semana, su amistad sigue manifestándose cada vez que una occasión se presenta. Contribuyen particularmente a facilitar la integración de su candidato o candidata a la comunidad cursillista.