El Cursillo se inicia con un encuentro de tres días, durante el cual, en un clima de fraternidad y alegría, aprende uno:
Luego, esa toma de conciencia suscita el deseo de ir más adelante.
Los tres días iniciales no son sino el trampolín de un Movimiento que ambiciona la santificación de sus miembros y la evangelización de los ambientes. El descubrimiento de lo que hay en lo fundamental cristiano, se prolonga y se profundiza en las llamadas Reuniones de Grupo (de 3 a 6 personas que se reúnen con regularidad y se estimulan a consagrar tiempo a la oración, al estudio y a la acción) y/o en unos encuentros más numerosos llamados Ultreya (que significa: más allá).
El Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) es un movimiento de acción apostólica. Pretende formar núcleos de cristianos qui se ayudan entre sí para convertirse en fermentos de Evangelio en todas partes. El MCC cuenta con su testimonio de amistad y con la profundización de su conversión para cristianizar los ambientes donde viven.
"He aquí su aporte dentro de la Iglesia : crear unos núcleos de creyentes que lleven el mensaje de salvación por todos lados, haciendo prevalecer el peso de su opinión no por imposición sino más bien por la fuerza de su testimonio". (Juan Pablo II, 1990)