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Una historia triste: el Movimiento fuera de la ley (1956 a 1962).
Hermosa
réplica de Mons. Hervás: un texto
fundador.
En 1955, seis años después del Cursillo de San Honorato, Mons. Hervás fue trasladado de diócesis, sin motivo aparente: se le mudó para la sede de Ciudad Real, en el centro de España. ¿Qué había pasado? Una historia muy triste. He aquí como empezó todo. Entre los que criticaban al MCC, uno de los más virulentos era el superior del seminario de Palma, cuyo obispo era Mons. Hervás. No viendo como hacer callar al rector, Mons. Hervás lo destituyó de su cargo. Ahora bien, el rector pertenecía a una familia muy rica de España, y juró a Mons. Hervás de hacerle perder su puesto. Lo alcanzó. Poco tiempo después, Mons. Hervás era exilado a Ciudad Real. Se nombró, en Palma, a un nuevo obispo, Mons. Enciso, amigo del rector. Su primer gesto fue publicar, el 25 de Agosto de 1956, una carta pastoral para poner en guardia a sus diocesanos contra el MCC. Lo ponía nada menos que fuera de ley, prohibiendo todo tipo de reuniones. Empezaron años de silencio y de sufrimiento.
La carta pastoral había provocado una serie de salidas de sacerdotes, entre los cuales Don Sebastián Gayá y Don Juan Capó, que siguieron a Mons. Hervás sobre el continente, y otros que se fueron hasta América Latina, especialmente al Perú. Esta diáspora, finalmente, aceleró grandemente, gracias a Dios, la expansión territorial de los Cursillos. Pero es fácil imaginar el desamparo de los seglares viendo salir de la isla a tantos sacerdotes cursillistas. La interdicción de Mons. Enciso duró seis años: de 1956 hasta 1962.
La carta pastoral de este obispo no sólo tuvo consecuencias nefastas.
Pues, el primero en reaccionar fue Mons. Hervás quien se apresuró, con ayuda de colaboradores, a redactar un nutrido documento que iba a contestar punto por punto a la carta de Mons. Enciso.
Se titulaba: "Los Cursillos, instrumento de renovación cristiana" (1957). Tal vez sea la más larga carta pastoral jamás publicada por un obispo ¡cerca de 500 páginas!
Comprendía los capítulos siguientes:
1) Génesis, esencia y estructura de los Cursillos
2) Lo viejo y lo nuevo en la Iglesia
3) La doctrina del Movimiento
4) Los medios y la técnica del MCC
5) Los sacerdotes y los láicos en el MCC
Conclusión: Normas pastorales
Los primeros años del MCC sufrieron turbulencias. Recorriendo las páginas de su historia palpamos de verdad como esta obra era conducida por el Espíritu. De otro modo, no hubiera sobrevivido a sus fundadores y no tendríamos hoy un Movimiento esparcido en los cinco continentes, con millones de miembros de todos los idiomas. Don Gayá, por su parte, está convencido que el MCC nació bajo la protección de la Virgen María, pues, Mons. Hervás había declarado el año 1949 "Año Mariano", en preparación a la definición del dogma de la Asunción, y a causa también de las circunstancias providenciales que prepararon la cuna del Movimiento precisamente encima del santuario de Nuestra Señora de Gracia.